La psicología en la inversión en bolsa – Parte 2

Cuando hablamos de inversión en bolsa a largo plazo siempre hablamos, principalmente, de estrategia, ahorro y selección de empresas. Si embargo, hay algo que es casi más importante: la psicología en la inversión a largo plazo.

La semana pasado os dejamos con la primera entrega de 2 artículos hablando de la psicología en la inversión en bolsa. Continuamos con la segunda.

Psicología en la inversión

Nos gustaría volver a repetir que consideramos que cada fase se desarrolla a una edad de cartera diferente y que cada inversor podría pasarla con más o menos intensidad. El orden por el que éstas van apareciendo también es diferente en cada persona.

Sin más tiempo que perder, comenzamos con esta segunda entrega de la psicología en la inversión en bolsa a largo plazo.


Ver tu cartera en rojo

Si estamos continuamente mirando el valor de nuestra cartera, esta fase de la psicología en la inversión en bolsa será una de la que más nos cueste superar.

Ver nuestra cartera en rojo es muy normal, especialmente en los primeros años. Nuestra mentalidad nos hará pensar que al tener la cartera en rojo, estamos perdiendo dinero. Pero no es verdad.

Grabaos esto a fuego: Si no se vende, no se pierde. Las pérdidas (o ganancias) no se materializan hasta que no se vende. Por eso es muy importante destinar a bolsa solo aquel dinero que no se vaya a necesitar a corto/medio plazo. Porque en caso de venta por necesidad prevista (no hablamos de un imprevisto muy gordo que no puedas afrontar con el colchón de imprevistos), es muy probable que pierdas dinero.

¿Qué pensaríais si os decimos que casi que preferimos ver nuestra cartera en rojo a en verde?

Que estamos locos, ¿verdad? Bueno, pues en parte sí y en parte no. Con una cartera en rojo significa que muy probablemente hay empresas que queremos a precios más bajos de los que la compramos. Lo que se traduciría en mejoras de precios medios de compra y, muy posiblemente, mejores RPDs.



Hay que ver la cartera en rojo como una más que presumible oportunidad de pesca. De comprar empresas a mejores precios.

Nosotros hemos visto nuestra cartera pegar unas oscilaciones tremendas. Desde plusvalías latentes del 25% a minusvalías del 30%. Y os aseguramos que estábamos más contentos con el -30% que con el +25%.

Comparar con el pasado

Comparar el momento actual con el pasado: «voy a esperar para comprar Inditex porque hace unos meses cotizaba 2€ más abajo«.

Este, normalmente, se aplica a la siguiente situación: nos toca compra y estamos esperando a que llegue la transferencia al broker. Mientras llega, miramos nuestro radar y elegimos la empresa o empresas que vamos a comprar. Miramos su cotización y esperamos. La transferencia llega al día siguiente pero la cotización ha subido un 1%. Automáticamente el pensamiento es: la podía haber comprado ayer un 1% más barata. Voy a esperar a ver si vuelve a esa zona. La realidad es que ese 1%, a largo plazo, es irrelevante. Lo más probable es que la RPD de esa compra haya pasado del 4,25% al 4,23% (por decir algo).



Si la empresa nos gusta y los ratios en los que nos basamos nos parecen buenos, comprar un Euro arriba o abajo, a largo plazo, es totalmente irrelevante.

Correr detrás del precio

Este es uno de las peores fases de la psicología en la inversión.

Nos miramos una empresa, estudiamos tus ratios, decidimos comprar, elegimos un precio de entrada que nos parece bueno y ponemos una orden de compra, pongamos de un 10% por debajo de la cotización actual.

Seguimos la acción durante los días posteriores para ver por dónde se mueve. Observamos como dos días después, la cotización está a solo un 1% de nuestro precio de compra querido.

La psicología en la inversión entra en escena y nos dice: «la acción ha caído un 9% en dos días. Está en tendencia negativa. Seguro que va a seguir cayendo unos días más«. Y modificamos nuestra orden poniéndola otro 5% más abajo (15% con respecto al precio original). La avaricia se apodera de nosotros.



Al día siguiente, la acción cae otro 3% (12% con respecto al precio original). Nuestra orden original habría entrado y habríamos comprado a un buenísimo precio (lo miramos, lo estudiamos y lo elegimos concienzudamente), sin embargo, la actual todavía no, porque aún le queda un 3% de bajada.

La acción se da la vuelta y sube el siguiente día un 2% (-10%), justo al precio que queríamos comprar en un principio. La psicología en la inversión vuelve a hacer de las suyas: «Es un rebote, es normal, no puede estar 5 días seguidos bajando sin subir alguno. Mañana cae otra vez, seguro«.

Al día siguiente la acción sube otro 3%. Un 5% en dos días. Ahora está con 5% de descuento sobre la cotización original (cuando hicimos el estudio de la compra). La psicología en la inversión ya no llama a la puerta, pasa directamente: «Se me escapa. Debí dejar la orden original. O compro ahora o ya no podré comprar. Mejor un 5% de descuento que nada«. Y modificamos nuestra orden para comprar por lo mejor.

Esto se llama correr detrás del precio. Y no es bueno. Lo hemos hecho todos y lo haremos muchas veces.

Si no hubiéramos corrido detrás del precio, nuestra compra habría entrado a nuestro precio elegido y estudiado. ¿Que baja más? Se compra más.

Hay una frase que leímos hace mucho tiempo que nos gusta mucho y siempre la citamos cuando la psicología viene a vernos en este caso: El último Euro que lo gane otro.



Comprar antes de dividendo para recibirlo

Este es un ejemplo muy claro de lo que influye la psicología en la inversión en bolsa.

Psicológicamente es mucho más atractivo para nuestra mente comprar una empresa justo antes de repartir dividendo para cobrarlo. El hecho de recibir un dinero a los 2 o 3 días de haber realizado la compra tiene un efecto muy positivo y agradable para la mente.

Sin embargo, con los datos en la mano, siendo objetivos y dejando la psicología en la inversión a un lado, no es la mejor decisión para nuestro bolsillo.

Y no lo es por lo siguiente:

Supongamos que una empresa cotiza a 100€ y reparte un dividendo de 10€. Disponemos de 1.000€ para comprar. Reparte dividendo en 4 días.

Ante esta situación tenemos dos opciones:

  • Comprar ahora para recibir el dividendo (muy atractivo para la psicología en la inversión): Tenemos 1.000€, por tanto podemos comprar 10 acciones. Por esas 10 acciones recibiremos 100€ de dividendo BRUTO. Esto es, 81€ netos. Con esta situación, tendremos 10 acciones y 81€ en efectivo.
  • Esperar a dos días antes de que reparta el dividendo, donde la acción descontará el pago. Esto es, la teoría dice que la empresa (si es Española), 2 días antes de repartir el divi, bajará su cotización 10€. Es decir, cotizará a 90€ (luego veremos que esto no es del todo así). Por tanto, con nuestros 1.000€, podremos compra 11 acciones y nos sobraría 10€.



Pongámoslo en perspectiva. Con la opción 1 nuestro patrimonio sería de 10*90 = 900€ + 81€ = 981€. Con la opción 2, sería de 11*90 = 990€ + 10€ = 1.000€. La diferencia es lo que nuestra querida Hacienda se ha echado al bolsillo por no hacer nada.

En realidad, a largo plazo, da lo mismo comprar antes o después de que una empresa pague dividendo. Para la psicología en la inversión el caso 1 es mejor, pero para nuestro bolsillo lo es el caso 2.

Sin embargo, las ocasiones en las que nos encontraremos ante esta circunstancia (comprar justo antes o después del Ex-date) serán muy muy pocas, por eso decimos que es irrelevante, pero no quita que la psicología en la inversión quiera molestarnos una vez más.

No hay que olvidar que aunque la cotización descontará el dividendo, eso no quiere decir que no baje más ese día o suba por encima de lo descontado. Ya sabemos que las acciones son activos negociados, por tanto están en continuo movimiento.



Comprar por encima de nuestro PMC

Personalmente, esta es una de las fases de la psicología en la inversión más difíciles de asimilar. Aunque, dejando a un lado la psicología, no tiene ningún sentido como veremos a continuación.

Cuando vamos a hacer una nueva compra en una empresa que ya tenemos en cartera es irremediable mirar el PMC (precio medio de compra) que tenemos para esa empresa. Psicológicamente nos parece mala idea comprar por encima de este PMC. ¿Quién quiere comprar algo más caro de lo que nos costó?

Sin embargo, pensando así, estaremos yendo contra nuestros propios intereses. ¿Por qué? Pues porque la teoría dice que los dividendos tienen que ser sostenibles y crecientes. Para que esto ocurra, nuestras empresas deben ganar más cada año y al hacer esto, es de suponer que la cotización subirá.

Esta es la teoría. Por tanto, lo que realmente queremos (o al menos deberíamos) es esto, que la cotización de nuestras empresas suba con el tiempo porque sería señal de que lo están haciendo bien.



Es por esto que debemos fijarnos en los fundamentales y en nuestros ratios para realizar una compra. El PMC no debería ser uno de ellos porque no nos dice nada de la situación actual de la empresa. 

A nosotros nos gusta mirar la RPD en estos casos. Una acción puede estar un 3% por encima de nuestro PMC, pero haber subido el dividendo un 10% desde que nosotros la compramos por primera vez, por ejemplo.

La RPD en este caso es mayor que cuando hicimos la compra anterior, por lo que, mirando ese ratio, la compra sería mejor pese a hacerla por encima de nuestro PMC.

Vender a las primeras de cambio

Una de las fases de la psicología en la inversión en bolsa más complicadas es la de no abandonar el barco a las primeras de cambio.

Si compramos una empresa es con la convicción de ser una buena inversión. Imaginemos que pasados unos meses, presenta unos resultados malísimos. Empiezas a ver noticias y comentarios negativos sobre la empresa a todas horas y en todos sitios. Y es normal, ha presentado unos resultados horribles y cada uno expresa su opinión basada en su propia estrategia.



¿Es un bache temporal? ¿La empresa ya no es tan buena como hace unos meses? Estas son las preguntas que debemos hacernos y no si la compra que hicimos en su día fue buena o no. Aquí la psicología en la inversión en bolsa se hace fuerte.

La psicología en la inversión viene a vernos para decirnos: «vende antes de que sea demasiado tarde y tu inversión no valga nada«.

Es aquí cuando tenemos que pensar fríamente y ver por qué invertimos en la empresa. ¿Es por el dividendo? ¿Lo ha cancelado o recortado? ¿Es algo temporal? Si este es el caso, no tenemos por qué preocuparnos. Si tenemos una diversificación adecuada, el resto de empresas compensarán esta caída.

Tened claro que absolutamente todas las empresas de nuestra cartera, sin excepción, sufrirán al menos 1 bache temporal a lo largo de nuestra vida inversora. Unas saldrán del bache antes y otras después, pero si son empresas sólidas y con historial, lo harán. Tan solo tenemos que sentarnos a esperar y no hacer nada.



Vender a la primera piedra en el camino es, casi siempre, perder dinero y complicarse la vida. Es añadir complejidad a nuestra fiscalidad y salud mental.

Cada vez que vendemos perdiendo dinero, nuestra moral y psicología se resienten y perdemos seguridad en lo que hacemos. La psicología en la inversión, una vez más, haciendo de las suyas.

La psicología en la inversión en bolsa: Despedida

Hasta aquí esta segunda entrega sobre la psicología en la inversión en bolsa.

Seguramente pasaremos por todas estas fases varias veces a lo largo de nuestra vida inversora. Y seguro que pasaremos muchas más que aún no hemos vivido.

Sea como sea, está claro que la psicología en la inversión en bolsa tiene una importancia capital.

Y vosotr@s…¿Os sentís identificad@s con todas las fases de la psicología en la inversión descritas? ¿Solo con algunas? ¿Con ninguna? ¿Cual de las expuestas aquí os resulta más difícil de llevar? ¿Y la más fácil?

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Poco a Poco…

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Leviatan
Leviatan
7 años

Hola,

Menos vender he pasado por todas las etapas y creo que todavía las sigo pasando… Siempre queriendo apurar hasta el último céntimo cuando eso es insignificante a largo plazo.

Lo único que tengo grabado a fuego es no vender pase lo que pase y lo llevo a rajatabla. Tengo mis «cadaveres» en el armario TEVA, General Electric, OHL y ahí siguen y seguirán. Lo único que estoy intentado es comprar OHL a 3 euros para a los dos meses vender las acciones originales de OHL y así conseguiría aflorar minusvalías para la OPA de Abertis y tendría el mismo número de acciones de OHL que al principio y por lo tanto seguiría siendo un Buy&Hold «puro»

Un saludo y felicitaciones por el blog, me encanta!!

Jose
Jose
7 años

Yo la de comprar subiendo él precio medio es lo q peor llevo.
Lo q hago es aplicar una de mis tres reglas y es q me dé más de un 4% neto .
Saludos

Jose
Jose
7 años

Como no,otra regla es bajar precio medio y la última q sean empresas enormes si pueden ser de capitulacion de más de 10000 millones de €.
Y como está tercera no puede ser siempre ,q sean empresas de calidad.
Saludos